Mujer en el metro

La conocí en el metro cdmx y ¿a qué no adivinan qué pasó?

Me llamo Alex, tengo 20 años. La otra noche salía de la estación de bellas artes hasta mi casa, cercana a la estación de San Antonio Abad. Sé que queda bastante cerca, pero justo ese día me había llevado unas botas que me regaló mi padre en mi cumpleaños la semana pasada; como eran todavía muy nuevas me tallaban en la planta del pie, por lo que caminar por mucho tiempo con ellas era doloroso.

En todo caso, era tarde y prefería no correr riesgos para volver a casa. El recorrido fue normal, la gente entrando y saliendo del vagón, nada que fuera extraño o para resaltar. O eso pensé, hasta que vi una mujer muy hermosa entrar y sentarse justo en frente de mí. ¿Cómo describirla? Su cabello era negro, pero con la tenue luz del vagón se veía un poco azul. Tenía un maquillaje que le hacía lucir unos hermosos ojos a pesar de usar lentes. Tenía tapabocas así que no pude ver sus labios, pero seguramente estarían de un tono acorde a su piel o a su cabello.

Además, su atuendo era muy sencillo pero impactante. No era una persona complicada que buscará resaltar su figura, sabía lo que tenía y no lo iba a esconder pero tampoco se iba a pronunciar al respecto. Me quedé mirándola por un rato, pero no se confundan, fue más por admiración a todo lo que ella exaltaba que por sentirme atraída por ella.

Creo que fue más tiempo del debido ya que se volteó a verme y sonrió al ver como estaba hipnotizada en mis pensamientos. Cuando noté que me estaba viendo aparté la vista, sentí que mi cara se puso como jitomate y no veía la hora de llegar a mi estación y salir corriendo. Los minutos se hicieron horas; yo iba pensando en que había sido muy tonta al estarla viendo de esa forma.

Pero es que me impactó tanto que quería guardar cada detalle de su estilo para intentar replicarlo, ya que yo no tenía la personalidad para ser así y mis estilos eran muy básicos. Como sea, estaba muy apenada y en cuanto las puertas se abrieron salí corriendo. Salí de la estación, crucé la calle, daba pasos agigantados para llegar rápido a mi casa y en cuanto crucé la puerta me encontré a mi padre que estaba por salir.

Me dijo que iba a salir a buscar a un tío que yo no veía hace mucho tiempo y se había olvidado el camino a casa. Me quité la chamarra y la colgué en el perchero y le dije que estaba bien. Realmente no le puse atención, yo solo quería esconderme.

Mi padre salió, me quité la ropa de calle y ya sintiéndome un poco más tranquila esperé su regreso. Tenía un poco de hambre así que busqué comida para la cena. Escuché la puerta abrirse así que le pregunté si quería algo en especial. Me dijo que no y que le fuera a ayudar en algo especial. Cuando fui a la puerta me sorprendí al ver que la mujer que había visto en el metro estaba con mi padre. Lo único que pudo salir de mi boca fue decirle: ¿y mi tío? A lo que la mujer se río y mi padre me dijo que me sentara.

Han pasado un par de meses desde esa noche, mi tío… mi tía Daniela se mudó a la ciudad y ahora nos vemos mucho más seguido. Ella me ha ido enseñando como maquillarme, como estilizar mejor mis outfits y yo le he enseñado en que lugares puede aprender cosas interesantes de la ciudad de México y en que otros se puede divertir. En definitiva mi vida dio un giro de 180 grados al conocer una extraña en el metro de CDMX.

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